El clima de miedo: la alarmante renuncia de funcionarios locales en California ante amenazas y abusos
El clima de miedo que empuja a los funcionarios locales a dejar sus cargos
La violencia política en aumento
Amenazas y acosos están llevando a algunos políticos a abandonar sus cargos, asustando a posibles candidatos y obligando a algunos funcionarios electos a cambiar su voto. Estas son algunas de las conclusiones de un nuevo estudio sobre la violencia política en el sur de California. Este fenómeno no es exclusivo de esa región, sino que representa un problema nacional que está afectando la salud de la democracia en los Estados Unidos.
Un incremento alarmante de las amenazas
Entre 2013 y 2016, se registraron un promedio de 38 cargos federales por amenazas a funcionarios públicos cada año. Sin embargo, esta cifra experimentó un aumento significativo entre 2017 y 2022, alcanzando un promedio de 62 cargos anuales. Cuando los funcionarios electos sienten que su seguridad está en riesgo, las implicaciones son serias para todos los ciudadanos. La democracia se ve amenazada cuando las decisiones se toman bajo el temor.
La investigación del VIP Lab
El estudio fue liderado por el director del Laboratorio de Violencia, Desigualdad y Poder (VIP Lab), de la Universidad de San Diego. En los últimos dos años, el VIP Lab ha recopilado datos sobre la frecuencia y severidad de las amenazas contra funcionarios electos locales en las tres provincias más al sur de California: San Diego, Riverside e Imperial. Estas provincias albergan cerca de 6 millones de residentes, lo que representa aproximadamente el 15% de la población californiana.
Para obtener una imagen completa, se realizaron encuestas, entrevistas y se revisó la cobertura mediática y las redes sociales. En el primer año, se encuestó a 330 funcionarios en el condado de San Diego, de los cuales más del 25% respondieron. De ellos, el 75% reportó haber sido amenazado o acosado al menos una vez en los últimos cinco años.
Una experiencia desgastante
Los funcionarios mencionaron experiencias inquietantes, como ver sus nombres compartidos en la web oscura, ser seguidos después de reuniones públicas y recibir acosos en sus hogares. Los temas que más provocan amenazas incluyen la COVID-19, el control de armas, los planes de estudio escolares y los derechos LGBTQ+. Según un miembro de una junta escolar entrevistado, el respeto en el discurso público ha disminuido drásticamente desde la pandemia.
Un panorama preocupante
En el segundo año de investigación, se enviaron encuestas a 785 funcionarios electos en las tres provincias. Aproximadamente dos tercios de los encuestados informaron haber sido amenazados o acosados al menos una vez en los cinco años anteriores. Los ataques verbales se han vuelto parte de la rutina en el servicio público. Estos ataques provienen tanto del público como de otros funcionarios electos, quienes han sido acusados de corrupción y otros delitos.
La violencia contra mujeres en la política
El estudio reveló que las mujeres electas enfrentan un mayor número de amenazas. En promedio, las funcionarias que sufren abuso son amenazadas o acosadas al menos seis veces más que sus colegas masculinos. Los ataques dirigidos a mujeres son a menudo más personalizados, refiriéndose a su apariencia o a sus familiares, y a menudo tienen un carácter sexual. La violencia política parece estar evolucionando, afectando a todos los funcionarios, independientemente de su perfil demográfico.
La percepción del público sobre la violencia política
Los datos de la investigación reflejan tendencias preocupantes en el ámbito político de EE. UU. El número de amenazas a miembros del Congreso aumentó un 88% entre 2018 y 2021. Además, el 89% de los legisladores estatales han sido amenazados, acosados o insultados en algún momento durante los últimos tres años. Esto subraya que la violencia política es un fenómeno generalizado que impacta la forma en que se ejerce la democracia.
La pérdida de la integridad democrática
El miedo en la política lleva a cambios en las decisiones de los funcionarios. Seis por ciento de los entrevistados admitieron haber cambiado su voto debido al clima de miedo, y el 43% consideró abandonar su cargo. La situación es crítica: el 69% de los alcaldes encuestados conoce a alguien que decidió no postularse debido a amenazas o miedo a la violencia. Esto pone en riesgo la representación y la rendición de cuentas, elementos fundamentales en una democracia.
Reflexiones finales sobre el futuro de la política
El clima de miedo en el que se encuentran los funcionarios electos no solo afecta su bienestar, sino también la calidad de la democracia. Cuando el temor se convierte en un factor determinante en la política, se corre el riesgo de que las decisiones no respondan a las necesidades de la comunidad, sino a las presiones de aquellos que buscan influir mediante la intimidación. Es esencial que la sociedad reconozca estos patrones y trabaje hacia un entorno donde el debate respetuoso y la participación activa sean la norma, no la excepción.
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